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22. Comportamiento Cristiano
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Estamos llamados a ser gente piadosa que piensa, siente y actúe en armonía con los principios del cielo. Para que el Espíritu recreé en nosotros el carácter de nuestro Señor, participamos solamente en las cosas que produce pureza, salud, y alegría en nuestras vidas. Esto significa que nuestro contentamiento y entretenimiento deben ser las más elevadas normas de gusto y belleza cristianos. Mientras reconozcamos las diferencias culturales, nuestra vestimenta debe ser sencilla, modesta y pulcra como corresponde a aquellos cuya verdadera belleza no consiste en el adorno exterior, sino en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible. También significa que al ser nuestros cuerpos templos del Espíritu Santo, debemos cuidarlos inteligentemente. Junto con el ejercicio y descanso adecuados, vamos a adoptar la dieta más saludable posible y abstenernos de alimentos impuros identificados como tales en las Escrituras. Dado que las bebidas alcohólicas, el tabaco y el uso irresponsable de drogas y narcóticos son dañinos para nuestro cuerpo, nos abstendremos de ellos. En su lugar, vamos a participar en todo lo que ponga nuestros pensamientos y cuerpos en la disciplina de Cristo, quien quiere que gocemos de salud, alegría y bondad. (Romanos 12:1, 2, 1 Juan 2:6; Éfesios 5:1-21; Filemón 4:8; 2 Corintios 10:5; 6:14-7:1; 1 Pedro 3:1-4; 1 Corintios 6:19, 20; 10:31; Levíticos 11:1-47; 3 Juan 2).
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